No importa si fue cesárea o parto
natural, con la llegada de tu bebé empieza el verdadero trabajo… el trabajo post
parto. No hablo de pañales, ni siquiera de maternidad o crianza. Hablo de la
difícil tarea de enfrentar la cantidad de preguntas ridículas que te hacen sobre
tu bebé recién nacido.
Cansada de tener que contestar
siempre las mismas inquietudes, con mi tercer hijo me liberé. Les mando las
respuestas. Espero que les sirva…
- ¡Qué
bueno, un nene! Y la parejita, ¿para cuándo?
¿Parejita? Parejita
tengo las bolas, de que me hagan siempre la misma pregunta.
- ¿Cómo
se porta?
¡Y yo qué sé! Recién
nació, no tiene personalidad y, ¿ya le están pidiendo que se porte?
- ¿Es
buenito?
Y, qué querés
que te diga… caga, eructa y se tira pedos todo el día. Por lo menos, para el
pediatra eso es bueno.
- ¿Duerme
toda la noche?:
Se la pasa de
guardia. Está practicando para cuando sea m`hijo el DOTOR.
- ¿Toma
teta, nada más?:
Ya empezó con
guiso de mondongo, asado con tripa y después
de todo eso, sí… después, toma teta nada más.
- Y lo
que todo el mundo quiere saber: ¿A quién se parece?:
En este punto, los padres tenemos
que entender que no se puede conformar a toda la familia.
Con mi primer hijo, no había
duda:
Yo -Es igual al padre.
Mi suegra -No, mi hijo era más
lindo.
Con mi segundo hijo:
Mi marido –Es igualito a mí.
Su suegra -Bueno… lo importante
es que sea sanito.
Por suerte, con mi tercer
hijo, ya hacían preguntas más profundas:
-¿Cómo, ya nació?
Aunque nunca faltó el que me preguntó:
-Y, ¿qué ojos tiene?
-Ahora, se dejó los de entre casa,
pero para salir, se pone los del padre.
-¡Qué bueno! ¿Tiene ojos azules
como el papá?
-No, como los míos.
-Uh, ¿en serio? Igual los chicos
van cambiando. En una de esas, son ojos del tiempo.
-Sí, todo el TIEMPO los tiene como
los míos.
Esas son las mismas personas que
creen conocer a tu hijo más que vos:
-Qué manera de llorar. ¿Le
diste la teta?
-Hace dos minutos.
- Se quedó con hambre. ¡Dale
más!
También están los expertos
en dar diagnóstico:
-¡Cómo llora, pobre! Seguro
que es la panza.
-No, para mí que tiene sueño. ¿Por
qué no lo vas a acostar?
-¿Por qué no se juntan todos y
hacen un simposio para ver por qué llora el bebé o por qué no se bancan que
llore tranquilo? Y de paso, háganlo en Katmandú o algún lugar de esos muy lejos
de casa, así no tengo que escucharlos una vez más.
Si con esto no te resulta…
No hay comentarios:
Publicar un comentario